Regalar una mascota a nuestros hijos por navidad, o en otra fecha especial, puede ser algo realmente entrañable, pero ¿eres consciente de todo lo que este hecho conlleva? O harás como muchos otros inconscientes, que satisfacen el capricho de su hijos, sin tener en cuenta en lo más mínimo la responsabilidad que este hecho implica, y en cuanto llega la época vacacional, sin ningún miramiento ni compasión, abandonan en cualquier lugar al indefenso animal.
Una mascota es un miembro más de la familia, que necesita cuidados y mucho cariño. Antes de regalar una mascota a tu hijo reflexiona lo siguiente:
¿Por qué comprar un animal con pedigree, cuando hay cientos de animales abandonados en las protectoras de animales esperando ser adoptados?
¿Tienes tiempo, espacio y medios para recibir en tu hogar a un nuevo miembro?
¿Has creado conciencia en tu hijo de afecto cuidado y responsabilidad hacia los animales?
Una mascota no es un juguete ni una prenda que se usa, se maltrata y se tira cuando nos deja de interesar. Es un ser vivo indefenso, necesitado de cuidados y de cariño. Como he podido comprobar adoptar una mascota es una experiencia gratificante y entrañable para toda la familia, que a su vez exige compromiso y responsabilidad,yo era muy reacia a tener animales en casa, pero afortunadamente cambié de actitud.
A nuestra perrita la abandonaron un verano en la Sierra de Madrid, y estuvo apunto de morir, por suerte para ella y para nosotros pudo ser salvada, lleva diez años en nuestro hogar y es muy querida por todos, es buena, educada y agradecida.
Está comprobado que las mascotas ayudan a afianzar los afectos y el sentido de responsabilidad y solidaridad en los niños, muy especialmente en los que tienen algún tipo de discapacidad.
Regalar una mascota por navidad debe ser púes un hecho humano y solidario y no un capricho más de estas señaladas fechas.
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